Una niña va caminando unos pasos por detrás de su madre; esto pone nerviosa a la mujer, tiene prisa y no quiere estar parando a cada rato pendiente de donde está la niña. Le amanaza: "como no espabiles, ahí te quedas para que te secuestren, ¿eso es lo que quieres? ¿que te secuestren? pues yo no te voy a vigilar más". Y acelera el ritmo sin mirar atrás. La niña remolonea un rato y luego se esconde en la entrada de un portal, esperando a que la madre se gire y no la encuentre y se trague sus amenazas.
Pero no. La mujer dobla la esquina siguiente sin darse la vuelta y es la niña la que al asomarse desde su escondite ve la calle vacía y sale corriendo como si alguien la persiguiera.
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